domingo

A lo mejor ando lento
a lo mejor me tuerzo
me equivoco, me pierdo
a lo mejor dudo y descuido
el objetivo de mi camino
y mi marcha decelera
hasta el ritmo monótono,
cansino del vagabundo.
A lo mejor todo esto sucede,
pero no veo nada más
que camino por andar,
aunque no acierte a comprender
el porque de cada paso.

viernes

Dios vino a salvar al hombre
pero se olvidó del mundo
de los árboles, de las flores
de los ríos y animales, de los mares
y ahora la tierra cansada de ofrecer
triste y descompuesta
se queja
se nos rompe en las manos
deberíamos pedirle perdón
por haberla maltratado
pero no quedan cruces libres
ni hombres con fe,
la tierra es nuestra cruz
vivimos en ella
y Dios no es mas que un carpintero.

lunes

Dios, o quien fuera que paseaba
por los jardines celestiales
sabía muy bien
lo que se llevaba entre manos
dando riego a las semillas
de nuestro tiempo.

domingo

Levantaré a mi alrededor un muro
que me aisle pero no me ahogue.
Que me caliente también y que de vez en cuando
desprenda tu olor. Solo de vez en cuando,
no quisiera obsesionarme. Será
un muro de hormigón, alto, sin ventanas
un muralla gris e infranqueable que todos vosotros
-como me gusta esta idea- nunca podréis ver.

viernes

Cuando pienso en tí, siento
tu corona de espinas
clavarse en mi frente.
Por eso, en silencio me alejo
aunque te abras de piernas
para dejarme un hueco en tu sexo.

lunes

Nada desearía más
que morir
para volver a nacer
con todo lo aprendido.
Aunque quizás sería
más fácil
corregir mis errores
y seguir tirando.
Quisiera preguntarle
a mi abuela:
si realmente
desde allá se ve
lo que pasa por aquí;
y si
realmente
todo es tan complicado
como a mí me parece;
y si
realmente
merece la pena
esforzarse tanto
por comprenderlo todo en esta vida
o
en el más allá todavía hay tiempo.

domingo

Envidio esos cuerpos
de jóvenes y ancianos que avanzan
por las calles de mi ciudad
con paso firme. ¿Qué ven ellos
en ese mismo espacio que yo habito,
qué ven ellos que yo no acierto
a comprender? A cada paso suyo
la necesidad de recogerme aumenta y así,
como un caracol tras la ventana de mi balcón
los observo. El único consuelo:
pensar que a lo mejor no avanzan,
sino que también huyen, que buscan
desesperadamente un sitio mejor.
A todos ellos yo les digo: ¿Venid,
llenad mi vacío,
Dios Caracol os está esperando!

jueves

Todo lo que quise evitar se halla en mi.
Obsesionado con el destino,
compartiendo ceguera con Edipo
en el vano intento de evitar lo inevitable,
finalmente he comprendido que
la tarea del hombre es evitar lo evitable.

miércoles

Cuando pienso en ti; siento
tu corona de espinas
clavarse en mi frente. Por eso,
en silencio me alejo
aunque te abras de piernas
para dejarme un hueco en tu sexo.

jueves

Guerra en Europa.
Tanques en Tiananmen.
Asesinatos en Ruanda.
Violaciones en Irak.
Hambre. Sueño. Dolor.
Miedo y alguna risa
que dura poco. Progreso
sin sentido. Inquisición.
Cámaras de gas. La muerte
de mi abuelo.

Si el hombre
fuera tratado
como su recorrido por la historia
merece
viviríamos
en un estercolero.
Por fortuna
vivimos
en un paraíso
dónde
florece el amor,
la paz
y el respeto;
y la manzana
todavía cuelga
del árbol.

martes

Necesito un impulso redentor
que me lance sin peso
por encima
de mis temores diurnos.
Sólo en el sueño
sueño. Sólo entonces creo
en el sonido de mi voz. Pero
así que amanece, esta
se convierte en tumba. En ataúd
de mis palabras. En tapón
de mi garganta, y yo me ahogo.

lunes

Guardaba las mentiras
como un as en la manga
para usarlas
cuando me conviniera.
Así mi acción, mi destrucción.

Pero las reglas del juego nunca supe
y ahí siguen,
conmigo siempre,
como un falso trébol de la suerte,
y jamás podré
deshacerme de ellas.

sábado

Hicimos sexo mientras tú hablabas de amor.
También hablaste de otras cosas sin importancia;
del invierno en marzo decidido a no abandonarnos,
del perro del vecino que ladró hasta la madrugada,
de la traición de los licores dulces;
para la resaca: agua
para la mañana: café sólo y tostadas.
Cualquier tema era bueno para preparar
el gran salto a la cama.
Incluso nos atrevimos con la deforestación del planeta.
A cada frase te acercabas a mi amor, a cada gesto
me alejaba hacia tu sexo.
Por la mañana tu cuerpo dormía sin alma, sólo cuerpo,
como muerto,
ausente,
mientras yo preparaba café sólo y tostadas.
La memoria ayuda en los detalles y eso conmueve. Y
te conmoví.
Pero cuando comprendiste que detrás de tu sexo
no se encontraba mi amor
te fuiste.
Tiempo más tarde volvimos a quedar. Por el sexo. E hicimos
sexo,
básicamente sexo,
y ya no hablabas de amor.
Entonces nos usamos hasta agotarnos, porque sí, por placer,
porque siempre es mejor ser dos en una cama.
Sólo por eso, por nada más,
por ser dos.

viernes

El perro ladra al perro
el hombre mata al hombre
la tierra siempre gira
y el tiempo se nos va.

lunes

Abandonada la idea
del suicidio
cedo mi muerte a la adversidad
y me sosiego.
La existencia ya no es
asunto mío,
ahora sólo me falta
saber
como convivir con ella.

domingo

No es mío este tiempo.
Ni es mío,
tampoco,
este pasar los días
arrojado en la cama
como una camisa vieja.
Ni mío quiero sentir
este corazón que late solo.

viernes

Me gusta desayunar en la cama
mientras duermes
a mi lado
como una chiquilla: la rodilla al mentón y la espalda
blanca, curvilínea
y la respiración profunda como el agua en un pozo.
Pero esta mañana me reflejo en tu cuerpo y me veo envejecer.
Hundiría mi sexo en tu carne
como cuchillo en mantequilla
para despertarte. Pero da miedo.
Da miedo pensar mi sexo
como cuchillo
por eso me alejo de tu sueño
y me acabo la tostada con los pájaros del jardín.

Antes de salir
abro la ventana de nuestra habitación
para que escapes volando, colibrí.

miércoles

Como el polvo
que se esconde tras las puertas
y se arrastra por el suelo,
impulsado por la brisa o por el viento,
sin voluntad alguna:
así soy.

domingo

Arde la casa cuando tu vienes
pero hoy hace frío
y tu no estás.
Me meto en la cama
con el abrigo puesto y rezo
para que vuelvas.
Pero yo no creo en Dios
ni en fuerza alguna que me cobije.
Sólo tu cuerpo me parece
esta noche helada
la salvación.
El tambor excita mi cuerpo
y éste sigue su ritmo
nerviosamente,
los músculos se agitan
como si mil gusanos
bailaran con ellos bajo la piel.
No canto
por miedo a verlos
deslizarse sobre la lengua
blancos, húmedos,
provocadores.
Me gustaría
que desaparecieran, pero
los gusanos sólo abandonan el cuerpo
cuando éste muere.
Por eso no quiero
que el maldito tambor se pare.
Mientras mi pie se aferre al ritmo
sigo vivo.

viernes

Robaría los versos de un poeta muerto
para escribir lo que siento por ti.
Si está muerto: que más le da!

Pero aunque su talento expresara con exactitud
la ardiente pasión de mis sentimientos
para ti siempre serán las palabras de un muerto.
A lo mejor
Dios
existe.
Si realmente el universo
es infinito
podría ser que
despistado
se hallara en un punto
tan lejano de nosotros
que no se diera cuenta de lo mal
que funciona la tierra
e ignorante
no acudiera a nuestro reclamo.
Por eso
se lo echa tanto de menos
hasta el punto
de negarlo
como se niega a un padre
que ni cena
ni duerme en casa.


jueves

Cuando por la mañana me sonríes en la cama y tus ojos brillan
y tu cuerpo se me ofrece semi desnudo escondiendo con pudor
lo que más deseo ver, y tu lengua degusta el sabor de mi sexo,
o cuando al atardecer -en otro tipo de fiestas- con los amigos
reímos y bailamos y por un breve instante detenemos el tiempo
tras las botellas de champán, e incluso en acciones tan aburridas
como mirar la televisión un fin de semana entero o jugar
al parchis en el comedor de tu casa sé que podría quererte.
Pero tu no eres mi amor, él ya se fue, tu sólo lo sustituyes.

martes

Cuelgan sombras del balcón.
Sentado en la repisa de la ventana las observo
y modifico con un gesto de mi mano
interfiriendo el trayecto de los rayos del sol.
Pasa el rato y se me cansa el brazo
y se me duerme la mano, y me siento luz y sombra y mano y
sol.
Y quiero seguir ahí, sentado hasta el anochecer
como si sólo de materia estuviera hecho.
Para muchos eso es perder el tiempo
para otros incluso matarlo.
Hay quienes echan un vistazo
y musitan con desprecio: holgazán!
Para mí sólo es vivir;
ese extraño y mágico instante en el que todo encaja
y la incertidumbre se reduce al silencio
y no cabe espacio para la palabra
ni la acción, y uno solo pretende estar, ser, vivir
sentado en el balcón.
Ella se desnuda sola
o la desnuda alguien
que no soy yo.

Y vive así su vida
sola o con alguien
que no soy yo.

Y ese cuerpo deseado
que no soy yo;
fue mío.

A mil kilómetros de su cama
me desnudo y hago el amor
con su sombra en la pared.
No soy poeta, soy cazador.
No escribo, sino cazo. Cazo versos
de la vida, de la calle, de los libros
versos vividos por otros de antemano
escritos torpemente en el aire
con sus cuerpos. Yo sólo me tropiezo con ellos
los cazo, los como, los invento de nuevo
y aunque resuenen en mi como propios
es falso. Los uso con egoísmo para mi bien
y los escupo orgullosos en el papel
para mostrar lo que somos; poco más
que un charco de tinta o sangre. Y luego,
satisfecho, bajo a la calle y me ofrezco
como blanco indefenso
para otros cazadores de tiro certero.
Arranco las hojas del calendario
como el que arranca garrapatas
de un perro y las aplasta contra la pared.
Perdido en el tiempo, estudio
la física de vuestros cuerpos.
Necesitamos al otro -me digo-
para explorar el límite de nuestro espacio.
¿Pero quién se atreve a medir la infinita
distancia que separa el número uno del dos?
El hombre forja su personalidad
con la misma paciencia
que un sastre entalla su traje.
Pero en mi caso
después de tantos años
creo que este traje
pacientemente hecho a medida
no me sienta nada bien.
Todavía no sé lo que vi en ti.
Nos presentaron y al instante te amaba
como si nos conociéramos de otra vida.
Pero pasa el tiempo y comprendo que nunca has entrado
en mis planes,
nunca pensé que pudieras ser algo más
que el desagüe de mis sueños; un cadáver
en la mesa del desayuno.

Sin dejar de hablar
como siempre que amaneces a mi lado
te abalanzas sobre el café envuelta en mi albornoz
enumeras alegremente los defectos de mi casa
la cisterna gotea, los cristales están sucios
deberías colgar cortinas en el salón y poner
alfombras en invierno, dices
o mejor cambiar de piso y vivir juntos.

Compadezco
esa magdalena que ha caído en tus manos
y desmigajas con la uña sin prestarle atención.

Somos
lo que queda
de lo que
fuímos.
Pago dos euros más
para disfrutar
del café
en una terraza.
Así es París
el mes de Abril.
Incluso en el extranjero
me siento tan solo
como en casa.
He conseguido llenar un año entero de tristeza
aunque sepa sonreir a las mujeres
en los bares. ¿y eso qué tiene que ver conmigo?
La verdad siempre se esconde más allá
de nuestra experiencia.
Quizá debería comprender que lo que me pasa
es tan poco importante como lo que no me pasa,
y que en la introspección de uno mismo
se corre el riesgo de ver el alma tan profunda
como negro el infinito.
Pero hasta un ateo como yo sabe
que no todo depende de la voluntad del hombre
y que la atracción de las cosas -cuestión de física
y no de teología- acabará por provocar
algún movimiento a mi alrededor
convocando hechos y no palabras.
Después de cenar
sumerjo
el pensamiento en un vaso
esperando
que la noche lo ahogue
en una gran
cantidad de Sake.
Los libros
se acumulan
vacíos
sobre la mesa.

Las tazas de café
vacías también
se acumulan
a su lado.

Y en la silla
mi cuerpo
vacío
como no

se suma al desorden
de esta
tarde
sin sentido.
Al hombre hay que exigirle
que obre con humanidad
y no
con inteligencia. Pues
aunque la inteligencia
es propia
de algunos hombres,
la humanidad lo es de todos.

lunes

He escrito un mensaje
lo he introducido en una botella
y lo he tirado por la ventana.
Encerrado en esta isla
que es mi casa, sin escapatoria
espero paciente un barco
salvador. Cada noche imagino
un cuerpo salido del agua
con el pelo mojado, sonriente
atraviesa el muro que me parece
infranqueable y arroja mis libros
y poemas al mar. Me besa
y se va. No me lleva con él!
Antes de sumergirse otra vez
me suelta: "la isla está
en tu cabeza, nadie se opone
a que aprendas a nadar". Sueño
que nado. Cuando me despierto
estoy sudando. Salado como el mar.
Me siento en la cama y empiezo
a escribir la historia de un barco
y un mensaje y una esperanza
de libertad inaccesible para mí.
Que bien me siento náufrago y a salvo
en estas cuatro paredes.