viernes

Hace tiempo dejé

mi vida abandonada

como un vagón en una vieja estación de tren.

Ya nadie sube para viajar

entre estepas nevadas

ni prados ni montañas:

ahora el éxodo se hace a pie.

Cada uno carga con el fardo de su destino y avanza

seguro de sus fuerzas

alargando el camino y evitando su fin.

Ya es hora de abandonar esta carcasa

de madera que me retiene y calzarme

un par de buenos zapatos y cruzar

esos prados y montañas y respirar

entre peñascos y beber

de las fuentes del azar y dejar

que me sorprenda el olor a mar

a nieve a polvo y la lluvia en la cara

y el miedo en el bosque

y la luna y el sol y el fin de este poema

para levantarme y empezar

a andar andar andar.

2 comentarios:

  1. Tu mateix et dones la solució. Deixar les velles carcasses i començar a caminar amb aire fresc, sense por a mullar-se la cara. Així és com es troba la felicitat.

    Una abraçada, bonic.

    Fran

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  2. y sentir, y reir, y gritar, y correr, y saltar y sobre todo, disfrutar de cada ricón en tu nuevo viaje, da igual el calzado, nuevo, viejo, bueno o malo... quizás hasta descalzo...lo importante es caminar con paso firme y darse uno cuenta a cada pisada que la huella que deja le gusta, le llena...

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