No lamentes haber perdido aquello
por lo que no has luchado.Ni lamentes aquello que ya no tienes
si lo perdiste luchando.
No te pierdas entre tus lamentos y su compasión.
Escucharás -mil veces en mil debates- opiniones diferentes
y perderás la voz entre gritos y cafés
mientras tu alrededor seguirá inexorable
su proceso natural:
el discurso de la historia.
Gracias.
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