jueves

La sequía del cuerpo
como un riachuelo en verano
que desnudos deja
los peces golpearse
contra las piedras.
Ya vendrán primaveras
y lloverán salmones de colores.
En enero a menudo
me golpeo contra las
paredes. El que ansía
vivir no comprende
el descanso del tiempo
las flores no acaban de ser flores
las hojas no caen de sus ramas
el amor no salta de las sábanas
sólo el cuerpo se derrumba
como arenilla
cuando sopla el viento
en invierno.

miércoles

Alargué el brazo
queriendo sentir tus labios
al otro extremo
de la cama
y solo hallé mi dolor
arañándome la mano
y te culpé.
Oxidé mi cuerpo
como un soldado de hojalata
y ya no se puede jugar.
Me alegro de ello
Hay demasiado ruido en la ciudad
de los hombres libres
uno se confunde
y ya no puede pensar.
Aunque quizás se trate de eso.
El deseo es vulnerable
si da más de lo que recibe
y el miedo un armario
puesto delante de la puerta
para colgar el alma de una percha
cuando uno llega a casa.

viernes

Mi sobrino cada mañana ríe
grita canta y desafina.
Tiene tres años. Es feliz.
Me pregunto si siempre será así.
Cuando verá que la vida
no va de esto? Que lo normal
no es cantar de madrugada
salvo si uno va borracho. Que
lo normal es cagarse en dios
cuando suena el despertador.
Son las siete de la mañana.
Su carcajada dinamita el tragaluz.
De mayor quiero ser como él.